Para contar la historia del Hood, debo remontarme a unos años antes, cuando llegaba a este mundo, mi único hijo, DIEGO MARTIN, quien llegó a mi vida como el norte de mis proyectos.
Transcurría el año 1984, con la vuelta de la democracia, hubo gran cambio en la sociedad de Catamarca, lo que dejó en descubierto la falta de guarderías. Así el 24 de septiembre abre sus puertas ELIZABETH GARDEN’S, piedra basal de lo que hoy es el INSTITUTO HOOD, con 6 niños, (en una casa prestada por un generoso vecino amigo de mis padres, mi querido don Enrique Guillermo Hood), hijos de amigos que depositaron su confianza en mí, al tiempo que me ayudaban económicamente, para poder sortear los gastos que significaba en esa época, la estimulación de mi retoño. La seño Norita Nieva fue mi primera (de 300 empleados de hoy) colaboradora que me acompañó en aquellos primeros años, donde no solo organizábamos juegos, sino también salidas, comidas, prácticas deportivas, que desde ese momento fueron determinando el espíritu del Hood.
Muchos avatares de la economía de nuestro país, tuvimos que sortear en estos 39 años, pero nunca nos detuvimos, seguíamos creciendo, gracias a la gran demanda de la comunidad catamarqueña, por ello es, que se gestiona la adscripción a la enseñanza oficial, incorporando: la primaria, secundaria y por último el nivel Superior. Pero siempre pendiente de las necesidades de nuestra Catamarca, firmamos convenios con el Instituto del Profesorado Técnico de la Universidad Tecnológica Nacional, para brindar capacitación continua a los docentes y profesionales autogestionadas y ofertas académicas completamente gratuitas.
Sin dudas, Diego marcó en mí, una impronta que es la raíz del Hood: educar en valores y respeto a la diversidad, apostando a la inclusión y el desarrollo de múltiples habilidades que le permitan a cada egresado brillar con luz propia.
De este modo, fuimos pioneros en Catamarca con la incorporación de un gabinete para acompañar la trayectoria de niños y jóvenes con discapacidad, los talleres artísticos y deportivos que se sumaron, al proyecto de aprendizaje del método científico y la astronomía.
Hoy, nos encontramos con un nuevo desafío: la radio en la escuela proyectándose a la comunidad.
Este proyecto, genera una gran oportunidad para el desarrollo de la capacidad comunicacional de cada estudiante es, sin dudas, otro desafío que me propuso mi hijo, hoy locutor de radio y televisión.
En el Hood, nada fue al azar y sigue creciendo porque tengo una Inspiración, Diego, pero el gran
secreto ha sido siempre escuchar las ideas de quiénes conforman las raíces: el gran equipo de trabajo, de ayer y hoy, los padres y los alumnos, de quienes aprendo día a día y me dan las alas para volar.